No podía dejar pasar más tiempo en incluir a este personaje en mi mundo interior. No recuerdo cuándo ni cómo la conocí. Fue una de esas cosas que te pasan en la vida, que te sorprenden gratamente, te acompañan y se quedan contigo por siempre.
Trato de hacer memoria y encontrar otra cosa que me haya hecho sentir lo mismo a lo largo de mi vida... y hasta ahora no la he encontrado. Es algo incontrolable, nada más escuchar las primeras palabras me surge una risa incontrolable que se convierte en carcajada cuando llega el estribillo de la canción. Ese "!voy a vivir¡ sin miedo..." me hace llegar al éxtasis de la risa, con lágrimas incluidas. Siempre.
No hace mucho tiempo me di cuenta de mi "solidaridad" o "complicidad" emocional con la población china. Es difícil de explicar. Me parece que son personas que sufren (por eso éstas frases de la canción le van como anillo al dedo), indefensas, incomprendidas y no sé por qué pues nos han demostrado ser más listas de lo que podíamos imaginar... por lo menos yo. Y eso me gusta. Me gusta que sean como son, que se muevan en grupos por todo el mundo, pero lo que más gracia me hace y me gusta al mismo tiempo es que a los occidentales nos vean inferiores. En algún sitio leí eso y me agradó enterarme de ello. Desde entonces los admiro más. Sin contar que siempre tendrán una tienda cercana a ti abierta para lo que necesites.
Hace unos meses, atendiendo a mi necesidad de interactuar más con su sociedad me conseguí un curso básico en audio del idioma para que, haciendo uso de esa inocencia propia que todavía a veces me sorprende, cada vez que necesitara comprar algo entrara a la tienda de los chinos cerca de casa ("pobrecillos, pa dos que hay en el barrio") y por lo menos supiera saludarlos en su idioma, o darles las gracias al recibir el cambio por mi compra.
Todavía recuerdo a Xian, un camarero de un restaurante chino que frecuentaba yo hace unos años cada vez que me tenía que quedar cerca del trabajo al mediodía y no podía volver a casa a comer. Una vez, al llevarme el plato de "aloz", justo después de terminarme el "lollito", inició una conversación conmigo diciendo que si le podía yo enseñar algunas palabras en español, pues llevaba poco tiempo en España y no estaba muy puesto con nuestro idioma. En una servilleta escribió mi nombre en chino junto a su pronunciación; pasó el tiempo y ya no volví a saber de él, no sé si recordará aún las palabras que le enseñé.
Pero volviendo al personaje del que hablaba en un principio. Quiero que quede claro que no es burla lo que me hace reír al verla cantar, son varios sentimientos encontrados pero nunca negativos hacia ella o hacia cualquiera de sus compatriotas, todo lo contrario. Me ha hecho pasar tantos momentos buenos con los 30 segundos que dura el vídeo que se merece un sitio de honor junto a otra estrella en mi firmamento; pero de esa otra estrella ya hablaré en su momento.
Hace unos días descubrí a una imitadora suya, y también me hizo mucha gracia. Disculpa Soraya, pero aunque me caes muy bien y lo haces calcado a la original, tengo que admitir que el valor añadido de la nacionalidad hace que quede un puesto por arriba de ti.
Y desde aquí hago un llamamiento a la protagonista del vídeo. Si eres tú, ponte en contacto conmigo. Si alguien la conoce y me quiere hacer un regalo en mi próximo cumpleaños ninguno tendría tanto valor como un recital de ella con los mismos 30 segundos repetidos una y otra vez, la misma frase, con ese sentimiento y esa fuerza que le imprime a su interpretación, así, tal cual... pero en persona. Y ya de paso que me enseñe algunas frases en chino que me vendrían muy bien para hacer "migas" con los que hay en el barrio.
Ya para terminar podría resumir en dos palabras todo lo que no he podido expresar en lo escrito: admiración y curiosidad por todo lo "made in China".